Es inevitable reconocer que debes en cuando necesitamos que nos hagan ver y recordar cosas que dejamos pasar desapercibidas de nuestro labor, en lo personal al terminar de leer la lectura “La aventura de ser maestro” vi pasar de nuevo el rollo de mi película como docente, la concordancia de las vivencias que le suceden a un maestro novato, con las que nosotros pasamos son iguales o mejor dicho exactas.
Que difícil fue encontrar nuestro propio estilo de enseñanza, y ciertas son la palabras de José Esteve “cambiar tu mentalidad, desde la posición de alumno que siempre has sido, hasta descubrir en que consiste el profesor”; nuestro proceso como alumno conlleva a estar en las aulas aproximadamente veinte años mismos en los que se nos quedan arraigados características de estudiantes que tardan en desaparecer; el paso del tiempo y la experiencia nos ha reunido con esta identidad de ser educadores, a unos les lleva poco tiempo y a otros mas, pero lo importante es poder encontrarla para poder ser auténticos y que nuestros alumnos puedan distinguir entre cada uno de los seis o sietes maestros que tienen al día.
El autor no se equivoca en ponernos a reflexionar en muchos aspectos de nuestra vida de maestro que dejamos pasar sin ver las consecuencias que se podrían generar, ejemplo de ello y clásico, cuantas veces no criticamos las actitudes de nuestros alumnos; eres un flojo deberías aprender a Juanito el si cumple, estudia y participa etc., sin ponernos a ver que hay detrás de ese comportamiento, o cuando se le exige algo que ni nosotros sabemos; suena muy crudo pero es una realidad.
A pesar de nuestros errores en el caminar docente, con la ayuda de este tipo de lecturas y materiales, aprendemos a rediseñar nuestro meta e ir perfeccionando nuestra identidad; empecemos hacer pequeñas comparaciones constructivas como un ejercicio entre nosotros mismos para poder ver los resultados obtenidos en nuestros años de servicio, nuestras virtudes, carencias, debilidades y fortalezas; y volver a reflexionar sobre las preguntas ¿cómo lo haces?, ¿para qué lo haces? y ¿qué fin persigues?.
Empecemos a escribir nuestra aventura como docentes, para poder acordarnos de nuestra vivencias el día que dejemos los salones de clase, dejar la marca entre nuestro alumnos y compañeros y ser recordados como ejemplo de superación de generaciones de jóvenes que viene atrás de nosotros, que nuestra labor sea dignificada ante la sociedad y no se vea como una opción de trabajo para sobrevivir en esta vida.
Saludos Cordiales
David Flores Redondo.
Estimado David:
ResponderEliminarHay que actualizar el blogg, pasaba a revisar las actividades de la semana 6.
Saludos
Ulises